Crónica Paseo Fotográfico Paisaje Urbano Aéreo

El domingo 13 de abril volvimos al ataque con nuestros paseos fotográficos. Bajo el título Paisaje Urbano Aéreo, nuestro especialista en fotografía, Carlos, nos propuso usar la terraza del Círculo de Bellas Artes como atalaya para obtener una de las mejores vistas del atardecer madrileño.

Desde la terraza se divisa mucho más allá que lo que uno podría imaginar observando el edificio ideado por Antonio Palacios. Este monumento nacional es una de las principales instituciones culturales de Madrid dirigida por por una entidad privada y financiada por sus socios, con acuerdos con las instituciones públicas. Acceder a su terraza es una experiencia, ya de por si el edificio llama la atención por su estructura que la que cada planta muestra al exterior su volumen y carácter en un regla decreciente que culmina en la torre de los estudios, según el propio arquitecto, esto era una clara referencia a los transatlánticos que por aquellos tiempos de principios del los 20 proliferaban.

Recientemente la azotea que se encuentra en la base de la torre de los estudios fue adaptada para uso y disfrute de los que deseen pasarse por allí. Y allí estábamos nosotros, escuchando las recomendaciones de Carlos y tratando de llevar a cabo sus ideas y técnicas.

Pudimos fotografiar un buen skyline de la ciudad, desde los primeros planos de los edificios de Callao, hasta los que rodean Cibeles, con el gran edificio del Banco de España a nuestros pies, la espesura de los arboles que arrojan su sombra sobre el Retiro. Más allá el Pirulí, perfectamente recortado en el horizonte, ya que la Ciudad Lineal se encuentra ligeramente más abajo, al Norte, el complejo Azca se nos interponía a las Torres Kio, y de inmediato las cuatro grandes torres de Sacyr. Al sur nuestra vista alcanzaba no solo el Cerro de los Ángeles, sino más allá hasta los Cerros de la Mina a casi 30 kilómetros de Madrid en las inmediaciones de Valdemoro. Al oeste y al norte recortaba el horizonte una Cuerda Larga aún nevada bajo un cielo brillante y despejado. 

Sobre todo al atardecer, cuando los rayos naranjas recortaban las cuadrígas en las que Álex de la Iglesia rodó algunas de sus escenas de La Comunidad hace ya 14 años, nuestra mirada fotográfica volvió a despertarse disparando como locos hacia el oeste, tanto por este lado de la torre de los estudios como por el otro, desde donde podíamos ver la calle de Alcalá y la Gran Vía con el magnífico edificio Metropoli haciendo cuña y las ventanas de los edificios reflejando ese fulgor que dotaba las calles de la dominante cálida que protagoniza los últimos minutos del día.

Al caer la noche, solo una Luna gibosa creciente se atrevió a salir y el escenario urbano había cambiado totalmente al amarillo brillante de las lámparas de vapor de sodio, letreros iluminados de todos los colores y las luces blancas y rojas de los coches que iban y venían por Alcalá y Gran Vía. Fue el momento perfecto para descender a la calle y ocupar una terraza, esta vez a pie de calle, de uno de los bares de Alcalá para tomar un refrigerio y comentar la jugada.

Ha sido un paseo divertido y del que estamos seguros, los participantes nos ofrecerán excelentes imágenes de Madrid desde el Aire y las compartirán, de hecho, ya lo están haciendo, en el grupo secreto de Facebook del Club Amigos en Ruta.

Nos vemos en la próxima!, ¡se admiten propuestas!

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